Cala Escorxada, una de nuestras calas pequeñas y más salvajes!
Hoy, vamos a hablaros de una de las calas más pequeñas del sur y más salvajes de más difícil acceso. Una preciosa cala del sur de Menorca, un rincón precioso que a poco que se pueda, vale la pena visitar.
Una calita de arena fina y blanca, con un mar limpio y de color turquesa, tan característico en el sur de Menorca, su único camino de acceso “razonable” es desde Binigaus y el aparcamiento de Santo Tomás. Se necesita más de una hora de caminar por el Camí de Cavalls. Si queremos acceder por el otro lado (Aparcamiento de cala Mitjana), necesitaremos más de 2 horas.
Conocida popularmente como “Sa platja des Duc”, es una preciosidad sin ningún tipo de servicios, poco recomendable para los días de viento sur y calor, ya que el acceso puede resultar agotador. Si que vale la pena llegar en algún tipo de embarcación ya que el entorno es increíble.
Playa de poca profundidad y aguas extremadamente limpias y transparentes es una playa ideal para disfrutar en pareja. Forma parte de un ANEI (Área Natural de especial interés) que va desde Cala Mitjana Binigaus. Todo este ANEI es un entorno paradisíaco.
Para llegar a esta cala, tenéis que ir igual que su fuerais a Binigaus, como os indicaba en el blog anterior. Tenemos ir dirección a Es Migjorn Gran y desde allí seguir las indicaciones a Sant Tomàs, sin entrar en la urbanización, a nuestra llegada encontramos a la derecha el acceso al parking y frente al parking justo encima de la playa de Sant Adeodato encontramos el famoso restaurante “Es Brucs”, muy recomendable como Chiringuito de playa. A partir de aquí coger el camí de cavalls hacia la derecha (mirando al mar o hacia el oeste).
Si os venís a Ca s’Arader, nos encantará mostraros como llegar a esta preciosa cala de aguas cristalinas!
Podéis contactar con nosotros a través de nuestra web – www.casarader.com o por teléfono al +34 670 222 115, también por Whattsapp o Telegram al mismo número.
Ca s’Arader recibe el nombre de los carpinteros artesanos de Menorca, que utilizaban la leña autóctona de acebuche para elaborar toda clase de herramientas para el campo. Antiguamente era un oficio esencial para la economía de la isla, que se transmitía de padres a hijos. Hoy, los pocos araders que quedan se dedican a fabricar barreras, mesas, bancos o taburetes, entre otros elementos.