LAS "PEDRERAS" DE MENORCA, LUGAR DONDE SE FORJARON LOS PILARES PARA LA CONSTRUCCIÓN DE NUESTRA CIVILIZACIÓN!

Las “pedreres” de Menorca, lugar donde se forjaron los pilares para la construcción de nuestra civilización!


La piedra es uno de los protagonistas indiscutibles en la historia de Menorca. Hablamos de los orígenes de algunas de las piedras que, hoy en día podemos ver y visitar, tienen su origen en el tercer milenio a.C.


Quien ya conoce o ha visitado Menorca, habrá visto los muros de pared seca cuyo origen se remonta a mas de 2000 años a.C.  Se cree que, fueron los primeros pobladores de la isla, los que, al encontrar un lugar inhóspito lleno de piedras, para que pudiera ser habitado, tuvieron la idea de parcelar la tierra aprovechando esta materia prima y haciendo cultivable gran parte del territorio. Todos estos muros han servido de parcelación y de limite entre las fincas que hay en el campo menorquín. 


Otros protagonistas de piedra, son los monumentos prehistóricos (talayots, navetas, murallas), las barracas para animales, los “llocs”, las iglesias, las construcciones militares y fortalezas, los palacios, viviendas de los centros históricos, los faros, los molinos … edificaciones construidas de piedras existentes en la isla. La mayoría de estas construcciones talayóticas y de las paredes secas que hay en el campo menorquín, están hechas de una piedra conocida en Menorca como piedra viva, que es una piedra seca y dura.


La otra piedra y a la que dedicaremos más tiempo en este blog es el marés, una piedra calcárea, compuesta en un 99% por restos de fósiles marinos, fácilmente erosionable y que ha tenido una gran importancia como material de construcción en la isla a lo largo de la historia, hasta que se empezó a utilizar el cemento, ya bien entrado el siglo XX. La mayor ventaja de esta piedra es ser de fácil manejo y sus mayores inconvenientes son, que absorbe la humedad y se erosiona fácilmente con las inclemencias meteorológicas. Estos inconvenientes se resuelven con el blanqueamiento con cal, costumbre muy habitual y popular en la isla y que permite el mantenimiento y conservación de la piedra. 


“Emblancar” siempre fue una labor cotidiana, era una necesidad, ya que encalar, revestía al marés y lo dotaba de una mayor impermeabilidad y dureza porque secaba la piedra de la humedad. Además, la cal ofrecía otras ventajas como proteger del calor (hacer que la casa fuera mas fresca en verano) y un excelente bactericida. Lo de encalar también se le hacia a las bigas de madera que se ponían en las casas y así las mantenía secas y a salvo de la humedad.


La calidad y tipo de marés varía según su lugar de procedencia, por ejemplo, en la zona de levante (Mahón) el marés tiene un grano mas fino y es algo mas duro. En cambio, en Ciutadella, la zona de poniente encontramos un marés mas poroso y de grano medio.


El marés, cuando se extraía de la cantera, se producían dos productos distintos:


1.- Uno era el conocido Cantó de Marés, que era el bloque de piedra extraído que se podía cortar en diferentes medidas, se cortaban todas las medidas que eran necesarias para cualquier tipo de construcción: 


- La “Redona” de marés, que era el bloque mas grande y generalmente usado para construir murallas, palacios, columnas, pilares y cimientos si eran necesarios. Sus medidas son 60 de largo x 40 de ancho x 33 de alto (todo en cm).


- La “Pedra” de marés, un bloque un poco menor que la redona y cuyas medidas son 60 de largo x 30 de ancho x 33 de alto (todo en cm).


- El “Cantó” de marés, que era le bloque mas estrecho (la mitad de espesor que la rodona) que se usaba para hacer las casas normales, boyeras… (la mayoría de casas del centro histórico están construidas con estos “cantons” de marés. Sus medidas son 60 de largo x 20 de ancho x 33 de alto (todo en cm).


- La “Pedra de 15” de marés cuyas medidas son 60 de largo x 15 de ancho x 33 de alto (todo en cm). Esta es la mitad de gruesa que la “pedra”


- El “Terç” de marés, que es la mitad de grosor que el “cantó”, sus medidas son 60 de largo x 10 de ancho x 33 de alto (todo en cm). Este era un tercio (tres veces mas estrecho) del “cantó”. 


- El “Tabic” de marés cuyas medidas son 60 de largo x 7 de ancho x 33 de alto (todo en cm


- El ”Quart” de marés, cuyas medidas son 60 de largo x 5 de ancho x 33 de alto (todo en cm). Este era para que fuera mas ligera, ya que se ponía sobre las bigas de madera. Era lo que formaba el suelo de las plantas superiores y los techos por debajo de las tejas.


- Por último, el “Quint” de marés, cuyas medidas son 60 de largo x 3 de ancho x 33 de alto (todo en cm)


2.- El segundo producto que salía era el “sauló” que es el residuo de polvo y grava que se producía al extraer el marés y que a veces por error se le ha llamado “arena”. Este se usaba para para rejuntar y tapar los posibles huecos que quedaban entre las piezas colocadas.


A raíz de la extracción de estas piedras, encontramos un paisaje muy peculiar. Son las llamadas canteras de marés, en menorquín “pedreres”. Son paisajes peculiares por las formas que ofrecen y que forman parte del patrimonio etnológico de Menorca y referente de estudio para conocer costumbres y oficios que se desarrollaba entorno a estas canteras.


 


En los “llocs” o masías de Menorca, era y es muy habitual encontrar junto a estas edificaciones una pequeña cantera, de esta cantera es de donde se obtenía el marés para construirlos. Hay casos en los que la cantera se convertía en el sótano de la casa. Para la construcción de los pueblos, el marés procedía de grandes canteras que ses situaban en las afueras, un ejemplo claro de ello son las pedreres de s’Hostal. Un referente de obligada visita. También podemos encontrar algunas pedreras cerca de poblados prehistóricos de donde sacaban el material para construir sus monumentos. El conocer como podían extraer la piedra nuestros antepasados prehistóricos es una cuestión todavía pendiente de resolver. Un ejemplo claro de una de estas canteras es la que encontramos en el poblado de Son Catlar.


 


En la actualidad hay catalogadas mas de 120 canteras, de las cuales media docena son prehistóricas y algunas siguen en activo. La mayoría de ellas son a cielo abierto, aunque también las podemos encontrar subterráneas (se supone que era para poder aprovechar el suelo superior para la agricultura y ganadería).


 


La mayoría de estas canteras se dejaron de usar en la década de los 90 del siglo pasado y su cese de actividad propició que algunas se convirtieran en espacios para el vertido de escombros y otras como es el caso de “ses pedreres de s’hostal” de Ciutadella en un espacio lúdico y cultural de referencia, donde se realizan conciertos y diferentes actos culturales. Su visita (como decíamos antes) obligada, discurre entre jardines, un laberinto construido de “rodones” de marés, un espacio para conciertos con muy buena sonoridad, un espacio para la recuperación de aves… (alguna zona alcanza los 40 metros de profundidad) hay que verlo para hacerse la idea. 


 


En 1994 nació una asociación cultural sin animo de lucro y que se la bautizó con el nombre de Líthica, cuyo objetivo principal era evitar la degradación y abandono de las canteras. Una frase conocida de esta asociación es la que dice: “La arquitectura del marés es un recorrido por 25 siglos de historia”.


 


Ca s’Arader, es un edificio construido con esta piedra de “marés” y nos encanta recomendar a nuestros amigos y clientes que vayan a visitar “ses pedreres de s’hostal”, lugar espectacular que merece la pena ser visto. Si vienes a Ca s’Arader, nos encontraras en www.casarader.comreservas@casarader.com, te mostraremos como llegar a este lugar tan especial.

S'ARADER

Ca s’Arader recibe el nombre de los carpinteros artesanos de Menorca, que utilizaban la leña autóctona de acebuche para elaborar toda clase de herramientas para el campo. Antiguamente era un oficio esencial para la economía de la isla, que se transmitía de padres a hijos. Hoy, los pocos araders que quedan se dedican a fabricar barreras, mesas, bancos o taburetes, entre otros elementos.